Un día me convertí en águila. Mis ojos se elevaron al cielo y desde esa perspectiva comencé a mirar. Al mirar, mi campo de visión cambió.
Ahora quiero hacer visible lo invisible. Lo que no vemos por estar pegados al suelo. La apertura del corazón comienza cuando te expandes. La enseñanza de expandirse y contraerse. Al expandirse tomamos consciencia, vemos la realidad ampliada y un simple acto se convierte en un dominó expansivo con el todo. Al entenderlo e integrarlo nos contraemos y lo bajamos al suelo.
El mismo acto se repetirá en tu vida para comprobar la integración. Y así iremos evolucionando. La evolución a la coherencia interna de cada uno. A la responsabilidad de nuestras creaciones. A un amor conocido por pocos que quiere enseñar lo que realmente somos. Creadores, creadores de mundos. Mundos como el nuestro. En el que sólo se proyecta aquello que fue creado. Y como toda creación energética no se puede destruir, porque la energía no se destruye, SE TRANSFORMA.
Aquí comienza mi viaje hacia vosotros. La parte de mostrar vuestra creación. Sostener la mirada de águila desde una altura suficiente para hacer visible lo invisible. Y mostraros cómo transformar la creación de vuestro mundo. Llegar allí y pasar por la responsabilidad y el entendimiento de entender que SOMOS CREADORES. ¿Tú qué creas? Y mi función en esto es solo Ser, porque tus creaciones sólo puedes transformarlas tú, y al acompañante me acompaño. Porque tú eres yo y yo soy tú. Esther Aviño Zurut.